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En un futuro cercano aterrador, la Tierra ha sido invadida por misteriosas y letales criaturas alienígenas que son ciegas, pero poseen un sentido del oído extremadamente agudo. Cualquier sonido más fuerte que un susurro puede provocar una muerte instantánea. La historia se centra en la familia Abbott—Lee, Evelyn y sus tres hijos—quienes intentan sobrevivir en este nuevo mundo peligroso viviendo en completo silencio. Han adaptado sus vidas de maneras ingeniosas: crean senderos de arena para caminar sin ruido, comen con las manos, y se comunican únicamente a través del lenguaje de señas americano, ya que su hija Regan es sorda. Esta discapacidad, que antes representaba un desafío, ahora se ha convertido en una herramienta esencial para sobrevivir.
La familia está marcada por un evento traumático al comienzo de la película: la pérdida de su hijo menor, Beau. Cuando él enciende un juguete ruidoso mientras regresan a casa, una criatura lo ataca y lo mata al instante frente a los ojos de su familia. Este momento devastador deja una herida emocional profunda en cada miembro, especialmente en Regan, quien le había devuelto el juguete a su hermano y se culpa por su muerte. Con el tiempo, Evelyn queda embarazada—una situación increíblemente peligrosa en un mundo donde incluso el llanto de un bebé puede ser fatal. A pesar del riesgo, preparan silenciosamente el nacimiento, construyendo una cuna insonorizada y planeando cada detalle con extremo cuidado.
Lee, el padre, continúa buscando una forma de proteger a su familia. Recolecta componentes electrónicos viejos e intenta mejorar un implante coclear para Regan, con la esperanza de que pueda ayudarla a oír de nuevo. En el fondo, también intenta demostrarle cuánto la ama, aunque su relación esté tensa por la culpa y el dolor no expresados. También entrena a su hijo menor, Marcus, para sobrevivir sin él, enseñándole a pescar en silencio y a esconderse del peligro. Mientras tanto, Regan—independiente y cargada de culpa—explora por su cuenta los límites de su territorio, buscando respuestas y su propia identidad en un mundo silencioso pero cruel.
La tensión alcanza su punto máximo cuando Evelyn entra en trabajo de parto estando sola en casa. Al comenzar las contracciones, accidentalmente produce un ruido que atrae a una criatura. Obligada a dar a luz en silencio y con un dolor insoportable, Evelyn se esconde en la bañera, luchando por no gritar. Lee y los niños corren para protegerla, pero la criatura ya ha entrado en la casa. En un momento desgarrador, Lee se sacrifica para salvar a Regan y Marcus, gritando para distraer a la criatura y darles la oportunidad de escapar. Antes de morir, le hace señas a Regan diciendo "Te amo", ofreciéndole así el cierre emocional que ella tanto necesitaba.
Después de la muerte de Lee, Regan descubre que la retroalimentación de alta frecuencia de su audífono causa un dolor extremo y desorientación a las criaturas, dejándolas vulnerables. Usando este descubrimiento, ella y su madre logran matar a uno de los monstruos. En los momentos finales de la película, Evelyn y Regan se preparan para enfrentar a los que se acercan, ya no solo para esconderse, sino para luchar. Regan sube el volumen de su dispositivo mientras las criaturas se acercan, como símbolo de resistencia y empoderamiento. A Quiet Place es más que una película de terror: es un retrato conmovedor de la familia, el sacrificio y el poder de la comunicación sin palabras en un mundo donde incluso un susurro puede significar la muerte.
