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“The Rain” es mucho más que una serie postapocalíptica. A primera vista, parece una historia de ciencia ficción sobre un virus letal transmitido por la lluvia, pero a medida que avanzan los episodios, se revela como un estudio profundo sobre la naturaleza humana, la fragilidad de la sociedad moderna y los límites de la ciencia cuando se separa de la ética. Ambientada en Escandinavia, la serie presenta paisajes fríos y desolados que reflejan el vacío emocional de los personajes y la decadencia de un mundo que alguna vez fue funcional.
Los protagonistas, Simone y Rasmus, representan dos enfoques muy distintos ante la tragedia. Simone es racional, compasiva y guiada por la moral; mientras que Rasmus, al ser el portador del virus, sufre una transformación tanto física como emocional, que lo convierte en una figura trágica. Su evolución muestra cómo el dolor, el aislamiento y el miedo pueden corromper incluso al ser más inocente. A lo largo de la serie, vemos cómo Rasmus pasa de ser un joven frágil y dependiente a convertirse en alguien temido, casi inhumano.
Uno de los grandes aciertos de “The Rain” es su enfoque en los dilemas éticos. ¿Hasta qué punto es válido sacrificar a unos pocos por salvar a muchos? ¿Es la ciencia una herramienta de salvación o un arma de destrucción? La organización Apollon encarna estos dilemas, actuando en nombre del “progreso” sin importar los medios. Simone, en cambio, representa la resistencia emocional, la fe en la empatía y la idea de que la humanidad no puede perderse en nombre de la ciencia o la supervivencia.
El grupo de jóvenes que acompaña a los hermanos también añade riqueza narrativa. Cada uno tiene su propio trasfondo, miedos y motivaciones. A través de sus conflictos internos y relaciones, la serie reflexiona sobre la necesidad de comunidad, la pérdida de inocencia y la importancia de confiar, incluso en medio del caos. La diversidad de personalidades dentro del grupo permite explorar distintos aspectos de la condición humana: la traición, el perdón, la esperanza y la desesperación.
El final de la serie es simbólico y profundamente emocional. Sin entrar en demasiados spoilers, “The Rain” concluye con un mensaje claro: a pesar del dolor, la pérdida y la destrucción, siempre hay espacio para el sacrificio, la redención y la esperanza. Simone, fiel a sus valores, toma decisiones que demuestran que el amor fraternal y la humanidad pueden prevalecer incluso en los tiempos más oscuros. Rasmus, por su parte, encuentra un tipo de paz que lo reconcilia con quien fue.
