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The Guest comienza con una premisa aparentemente sencilla: un hombre educado y sereno llamado David (interpretado por Dan Stevens) visita a la familia Peterson, alegando ser un amigo cercano de su hijo Caleb, recientemente fallecido. Desde el principio, la película presenta a David como el huésped perfecto: encantador, respetuoso y servicial. Rápidamente gana la confianza de la familia al involucrarse en sus rutinas y protegerlos de manera sutil pero firme. Sin embargo, el director Adam Wingard utiliza esta configuración para revelar gradualmente una verdad mucho más oscura, construyendo una tensión que va creciendo hasta desatarse en un caos absoluto.
A medida que David se integra más en el hogar de los Peterson, el tono de la película cambia. Su comportamiento, inicialmente útil, comienza a cruzar la línea hacia lo inquietante—como cuando enfrenta violentamente a los acosadores de Luke o toma medidas extremas para “ayudar” a Anna en el trabajo. Estos momentos exponen las primeras grietas en la fachada de David, revelando a un hombre emocionalmente distante y potencialmente peligroso. Wingard juega magistralmente con la percepción del espectador, haciéndolo oscilar entre la admiración y la sospecha. La tensión psicológica se construye revelando lo justo sobre David, manteniendo oculto su verdadero pasado hasta más adelante.
El punto de giro llega cuando Anna empieza a sospechar y contacta a las autoridades militares, lo que conduce a la revelación de que David fue parte de un experimento gubernamental clasificado para crear soldados élite. Este giro no solo recontextualiza todo lo que el espectador creía saber sobre él, sino que también introduce temas como la experimentación militar sin control y la deshumanización del individuo. David es un asesino programado, cuya principal prioridad es sobrevivir, sin importar la moral o las consecuencias. Su comportamiento calculado, que antes parecía protector, ahora se revela como el producto de un condicionamiento violento.
En el acto final, The Guest entra de lleno en el territorio del thriller de terror, con David eliminando a cualquiera que amenace con descubrirlo. Las secuencias de acción están estilizadas, con luces de neón y música synth al estilo de los años 80, lo que crea un contraste visual impactante con la violencia. Anna y su hermano Luke deben luchar por sus vidas en una escuela convertida en campo de batalla, en un clímax tenso y sangriento. Aunque David parece ser derrotado, la película termina con una nota escalofriante: él ha sobrevivido, dejando la amenaza abierta y una inquietud persistente en el espectador.
En definitiva, The Guest es una película que mezcla hábilmente thriller psicológico, acción, terror y comedia negra. Critica el patrioterismo ciego y la militarización, explorando al mismo tiempo la identidad y el engaño. La transformación de Dan Stevens de invitado encantador a asesino desquiciado es impactante y creíble, gracias a un guion sólido y una dirección estilizada. Wingard y Barrett construyen una obra que no solo entretiene, sino que también invita a reflexionar sobre cómo la sociedad maneja el trauma, la guerra y la delgada capa de civilidad. Es una película que perdura mucho después de los créditos.
