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La película sigue a Matt Kirby (Terence Hill) y Wilbur Walsh (Bud Spencer), dos hombres sin trabajo que, tras un fallido intento de robo al supermercado, cometen un error hilarante: terminan entrando por error a una comisaría de policía. Para su sorpresa, en lugar de ser arrestados, son contratados como agentes. Esta absurda cadena de eventos inicia una serie de situaciones cómicas donde ellos tratan su nuevo “empleo” con una mezcla de desenfado e inexperiencia.
Asignados a patrullar las calles de Miami, Matt y Wilbur deben enfrentarse a pandillas urbanas, delincuentes de poca monta y situaciones exageradas que solo el cine de slapstick puede ofrecer. Su enfoque poco ortodoxo, entre torpe y carismático, les lleva a resolver casos de manera inesperada, convirtiéndose en “héroes” a su manera, gracias a su fuerza física y buenas intenciones.
La película se apoya en la química clásica entre los protagonistas: la agilidad y encanto de Hill contrapuestos al imponente físico y humor de Spencer. Juntos protagonizan secuencias de peleas coreografiadas con un estilo único: son humorísticas, eficaces y claramente pensadas para el espectáculo cómico más que para el realismo. La narración fluye sin pretensiones, enfocándose en la diversión y el entretenimiento ligero.
Aunque la trama es secundaria y funciona como excusa para las escenas de acción y la comedia visual, la película brilla por su encanto despreocupado y su humor físico. La dirección de Enzo Barboni explota al máximo el contraste entre los personajes y su entorno, inserto en un Miami exótico que funciona como escenario ideal para persecuciones y malentendidos grotescos.
Łapizbiry es una comedia de acción divertida, sin pretensiones, ideal para quienes disfrutan de la mezcla de torpeza cómica, heroísmo inesperado y humor físico sentimental. En definitiva, ofrece risas garantizadas, escenas memorables y la magia de una dupla legendaria que logró conquistar corazones con su estilo inconfundible.
