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El episodio comienza con una catástrofe inesperada cuando un enorme terremoto submarino provoca un tsunami que se dirige hacia la costa de Los Ángeles. Mientras la ciudad se prepara para lo peor, el caos estalla en la playa, y los socorristas se enfrentan a una crisis sin precedentes. Buck, que se encuentra cerca del lugar, se convierte en testigo del horror mientras la enorme ola golpea con fuerza la orilla.
Hen, Chimney y Athena trabajan contra reloj para rescatar a los atrapados entre los escombros y salvar vidas en medio de la destrucción. Bobby lidera al equipo desde la estación, intentando coordinar los esfuerzos mientras la magnitud del desastre se vuelve cada vez más evidente. Las comunicaciones se interrumpen y las emergencias se multiplican.
En medio del caos, Maddie, desde su puesto como operadora del 9-1-1, mantiene la calma y guía a las víctimas que llaman desesperadas en busca de ayuda. Su papel resulta crucial mientras los servicios de emergencia son superados por la magnitud del desastre. La tensión emocional aumenta, especialmente cuando algunas llamadas provienen de niños atrapados o personas a punto de ahogarse.
Buck, luchando contra su reciente suspensión, arriesga su vida para salvar a un niño atrapado en un autobús escolar que ha sido arrastrado por la marea. Su acción heroica le recuerda su vocación y el valor del trabajo que realiza, a pesar de los conflictos con sus superiores. El episodio destaca su compromiso inquebrantable con ayudar, aunque eso signifique ponerse en peligro.
El episodio concluye con un momento conmovedor: el equipo de emergencias, exhausto pero determinado, continúa su labor entre los restos del desastre. Aunque han salvado muchas vidas, también enfrentan la pérdida y el trauma. "Sink or Swim" muestra el heroísmo cotidiano de los socorristas y plantea la pregunta central del episodio: ¿hasta dónde llegarías por salvar a otro?
