馃憠Pel铆cula completa al final del post
Esta secuela de聽The Mask聽(1994), protagonizada por Jim Carrey, sigue un camino diferente al centrarse en Tim Avery, un aspirante a animador que encuentra la m谩scara m谩gica de Loki. A diferencia del original, que combinaba comedia negra y fantas铆a oscura, esta entrega adopta un tono m谩s infantil y slapstick, alej谩ndose del estilo del personaje de Carrey. La trama retoma la mitolog铆a de la m谩scara, pero con un enfoque m谩s familiar y menos subversivo.
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Tim Avery (Jamie Kennedy), un hombre com煤n con sue帽os frustrados, descubre la m谩scara y, al usarla, se transforma en un ser hiperactivo y caricaturesco. Sin embargo, la m谩scara tambi茅n afecta a su beb茅 reci茅n nacido, Otis, quien hereda sus poderes ca贸ticos. Mientras Tim intenta controlar la situaci贸n, el dios Loki (Alan Cumming) regresa para recuperar la m谩scara, generando un conflicto entre lo mundano y lo sobrenatural. La pel铆cula mezcla situaciones absurdas con efectos CGI exagerados.
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El filme depende en gran medida del humor f铆sico y los efectos digitales, con escenas donde el beb茅 Otis realiza acrobacias imposibles y transformaciones surrealistas. Aunque intenta emular el caos c贸mico del original, carece de su ingenio y carisma. Las secuencias animadas y los gui帽os a dibujos cl谩sicos reflejan un intento de atraer al p煤blico infantil, pero terminan siendo repetitivos y poco originales.
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Son of the Mask聽fue un fracaso tanto de taquilla como de cr铆tica, considerada una secuela innecesaria y de baja calidad. Se le reproch贸 la ausencia de Jim Carrey, el gui贸n d茅bil y la sobrexplotaci贸n de efectos visuales sin sustento narrativo. Aunque algunos la recuerdan como una curiosidad fallida, la pel铆cula no logr贸 dejar huella en la franquicia, y el personaje de聽The Mask聽qued贸 asociado 煤nicamente a la versi贸n de 1994.
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M谩s que una continuaci贸n,聽Son of the Mask parece un intento de reinventar la propiedad intelectual para un p煤blico m谩s joven, pero sin entender lo que hizo especial al original. Aunque tiene momentos de energ铆a visual, su falta de coraz贸n y creatividad la condenaron al olvido. Hoy, funciona como ejemplo de c贸mo no hacer una secuela: sin una visi贸n clara y sin respetar el esp铆ritu de su predecesora.
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