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Miles Hill es un joven motociclista apasionado por las carreras todoterreno. Tras un accidente —posiblemente causado por su rival Sam— Miles queda varado en el desierto. Allí descubre a A‑X‑L, un perro robótico avanzado creado por el ejército que ha escapado tras un experimento fallido. En medio de la soledad y la tensión, Miles activa sin saberlo un sistema de “emparejamiento propietario” que crea un vínculo único entre él y el robot.
Desde el momento en que se conectan, A‑X‑L demuestra lealtad inquebrantable hacia Miles, redefiniendo la relación entre humano y máquina. Miles gana confianza en sí mismo gracias a esta amistad inesperada. A la par, conoce a Sara, una chica inteligente y solidaria que se convierte en su aliada. Juntos, deciden proteger a A‑X‑L del interés implacable de los científicos y del ejército que lo buscan para controlar su tecnología.
Los científicos —liderados por Andric— lanzan drones y agentes para recapturar a A‑X‑L. En el camino, A‑X‑L es atacado violentamente con un lanzallamas, quedando gravemente dañado. Miles y Sara logran rescatarlo y llevarlo a un taller improvisado donde el robot se repara por sí mismo. Pero el ejército y los científicos no cesan: llegan justo cuando la reparación termina y estallan en una confrontación tensa.
A‑X‑L, recordando el ataque recibido, decide vengarse de Sam, su agresor. Miles y Sara logran calmarlo, preocupados por la peligrosidad de su poder. No obstante, el ejército interviene de forma decisiva: A‑X‑L es desactivado mediante una oleada de drones. Miles y A‑X‑L logran escapar, pero acorralados, el robot activa un mecanismo de auto destrucción; antes de desactivarse, sube sus recuerdos compartidos a Internet y se despide emotivamente.
Semanas después, Andric está arrestado. Miles y Sara reciben becas para asistir a la universidad, aparentemente como parte de un acuerdo con el gobierno para mantenerlos bajo supervisión. Pero en un giro final, Miles descubre el control remoto de A‑X‑L en un sobre enviado por su padre; al activarlo, detectan que A‑X‑L ha sobrevivido de algún modo y comienza a intentar reconectarse con ellos, dejando abierta la posibilidad de que el vínculo no haya terminado.